El Mejor vivir en el mundo

Suramérica central, costa del Océano Pacifico, Punta Hermosa, ensenada en la que revienta la ola más grande del continente, Pico Alto, donde sus hermosas playas, y su isla recortan el horizonte nos muestra que el tiempo puede caminar mas sereno. Temprano por la mañana el canto combinado de gaviotas y cuculíes avisan la llegada de un nuevo día, los pescadores arreglan sus aparejos, los surfistas sus tablas, algunos buzos preparan sus equipos para realizar una faena mas, otros parten en sus autos a la ciudad a trabajar llevando a sus hijos con ellos, nosotros salimos a buscar el día en el pueblo. A vivir.
Pasamos al borde del acantilado desde donde se divisa el Pacifico sur con su majestuosidad, las gaviotas, patillos y demás, infaltables compañeros parados en rocas y postes cantan sin cesar, el aire se respira a mar, limpio y puro, la paz que reina alrededor es profunda, las posibilidades de ser feliz infinitas. Pasamos al lado del vendedor de jugos donde bebemos un vaso de naranja. Unas palabras de aliento al viejo. Los parroquianos y los habitantes saludan con amistad. Seguimos rumbo al trabajo, que no sabemos como se presentara pero estamos seguros que con un poco de inventiva y algo de iniciativa el día nos rendirá sus frutos. Y es así. Luego de la jornada, tranquila y provechosa, una caminata al borde de la playa relaja nuestro cuerpo y eleva y prepara nuestro espíritu para seguir adelante con la escritura de nuestro libro, con nuestras alegrías y tristezas, con nuestra vida y nuestra soledad. Las sombras de la tarde con un precioso atardecer y puesta de sol nos hacen recordar lo insignificantes que somos y también lo grandes que podemos ser. Realmente maravilloso día. Los últimos rayos del sol iluminan el cielo y enrojecen las nubes, presagiando una larga, despejada y tranquila noche.
Los proyectos son muchos, el lugar inmejorable y la vida tranquila, enaltecedora.
Realmente el mejor vivir en el mundo.

Reconocimiento

Ahora, a estas alturas, debo reconocer que en mi vida existio una persona que me infundio valor, sin decirme nada, me enseño a sobrevivir sin asustarme, me dio desinteresadamente cariño, me mostro del valor de la honradez y la verdad, y me entrego las herramientas necesarias para poder sobrevivir en un mundo 100% competitivo y metalizado pero que no puede ni podra jamas enfrentarse al poder de la sabiduria global y silenciosa. Agradezco a ese señor bajito que me da ahora la oportunidad de sobrevivir por mis propios medios. Una vez mas. Y lo hago de conocimiento de todos, orgullosamente. Es un reconocimiento a su sabia y silenciosa entrega.
Sin sus enseñanzas practicas y espirituales ahora estaria perdido.
Gracias padre.